martes, 9 de diciembre de 2008

Alemania


Seré breve; mis circunstancias apremian. El insomnio trajo a mis manos un volumen de "El Anticristo. Maldición sobre el cristianismo", de Friedrich Nietzsche. Tras una bella y esclarecedora introducción de Andrés Sánchez Pascual, el prólogo reza lo siguiente: "Este libro pertenece a los menos. Tal vez no viva todavía ninguno de ellos" (1).

La curiosidad trajo a mis manos un volumen de "Mi lucha", de Adolph Hitler. Tras unas líneas en las que el autor narra el contexto en que este libro fue escrito, el prefacio dicta lo siguiente: "Este libro no está escrito para los extraños, sino para los adherentes al movimiento que pertenecen a él de corazón y desean ilustrarse a su respecto" (2).

Como el lector sabrá, mucho se ha escrito (y especulado) sobre la supuesta influencia que el pensamiento de Nietzsche habría ejercido sobre la doctrina nacionalsocialista. Por mi parte, espero aún esclarecer esta información. Ya se habrá dado usted cuenta del "parecido" que hay entre ambos fragmentos. Sería, sin embargo, irresponsable hablar de cualquier forma de plagio; habría que indicar dos puntos al respecto: primero, que persisten aquéllos quienes señalan que Hitler jamás leyó la obra de Nietzsche; segundo, que mientras el primer fragmento se nutre de un sentido filosófico, el fragmento de Adolph Hitler tiene un sesgo netamente político. Interesante es observar que frases similares puedan servir de sustento a fines diferentes y a posiciones que han de encontrarse separadas, como es el caso (algunas muchas veces) de la Filosofía y la política. Hitler no pudo ser el Superhombre; Hitler nunca siguió el proceso.




(1) Friedrich Nietzsche, "El Anticristo. Maldición sobre el cristianismo". Introducción, traducción y notas de Andrés Sánchez Pascual. Madrid: Alianza Editorial, 1993.
(2) Adolph Hitler, "Mi lucha". Traducción de Alberto Saldivar. Buenos Aires: Luz - Ediciones modernas, s/f.









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