lunes, 26 de enero de 2009

Contra Hegel (III)


(Sobre las malas interpretaciones -hegelianas- de la filosofía kantiana) «Pero, ¿cómo podrían ser capaces de penetrar el profundo sentido de las investigaciones de Kant los que ya en su juventud han sido perturbados por los abusos de Hegel? Se han habituado a tomar los más vacíos juegos de palabras por filosofía, los más pobres sofismas por pensamientos ingeniosos y las más insulsas extravagancias por dialéctica; y sus cerebros han sido desorganizados por la asimilación de endiablados juegos de palabras en las cuales en vano se martiriza el espíritu por descubrir un sentido. Para ellos no hay crítica de la razón ni filosofía posible (...)»


(De la invalidez que la filosofía de Hegel y sus contemporáneos tuvo para Schopenhauer) «Ya empieza a generalizarse la convicción de que la filosofía seria y verdadera está en el mismo punto en que Kant la dejó. En todo caso niego que entre Kant y yo haya habido en ella progreso alguno; por lo tanto, yo soy su inmediato continuador. (*)
»(...) la afirmación posterior de la identidad de estos dos términos (fenómeno y noúmeno) será una triste confirmación de la mencionada sentencia de Goethe; tanto más cuanto que no se apoya en otra base que en la fanfarronada de la intuición intelectual, o lo que lo mismo, una vuelta, enmascarada por gestos solemnes, expresiones bombásticas y galimatías, a las groseras opiniones vulgares. Lo que constituyó digno punto de partida de los groseros absurdos que propaló el plúmbeo y beocio Hegel.»


(Sobre el error que Fichte cometió con la filosofía kantiana) «Contaba para ello, muy acertadamente, con la falta de juicio y con la estupidez del público, que toma los peores sofismas y los más absurdos galimatías por pruebas, con lo que se pudo jactar de atraer sobre sí mismo (es decir, sobre Fichte) la expectación que Kant había despertado y de dar a la filosofía alemana la dirección que siguió después Schelling y que alcanzó, más tarde, su cumbre en la ciencia simiesca del absurdo Hegel.»



(Fin de los Manifiestos de Schopenhauer)






(*) Recuérdese que en los años ocurridos entre la filosofía de Kant y la de Schopenhauer, se desarrolló la filosofía hegeliana así como las de otros exponentes del idealismo alemán - Fichte, Schelling, etc.




miércoles, 21 de enero de 2009

Círculos

Algunos niños han llamado otra vez a mi puerta. Otra vez, no los dejé entrar. Yo no sé qué es lo que realmente desean, nunca dejan señal alguna; sólo se limitan, mientras están en el otro lado, a gritar sus ula-de-fu de una manera monstruosamente gutural. Ellos saben que no abriré esa puerta, y también que la he cerrado con cadenas por dentro. Yo no sé por qué insisten; saben muy bien que jamás los dejaré ingresar, y que yo no saldré nuevamente. Y es casi seguro que mañana ocurrirá lo mismo: los golpes a mi puerta, los ula-de-fu, mi desprecio, su huida. ¿Piensan acaso que cederé a su insistencia?

Lo que no puedo entender aún es cómo hacen para venir desde tan lejos; y, como si no les importara el esfuerzo, sólo vienen, molestan y se largan sin más. Aunque pudiera salir, no iría a su lugar; el trayecto es inmenso, tal que nunca podría llegar. Ellos sí pueden y quieren recorrer esa infinitud; por esto es que caen sobre mí: porque no tienen otro lugar al que ir. Pero ni aún así les abriré la puerta; jamás.






miércoles, 14 de enero de 2009

Contra Hegel (II)



«Aunque los hegelianos e ignorantes por el estilo hablen de una filosofía kant-fichtiana, sólo hay una filosofía kantiana y una charlatanería fichtiana; esta es la verdad y seguirá siéndolo, a despecho de todos los preconizadores de lo malo y despreciadores de lo bueno, en los que la patria alemana abunda como ninguna otra nación.»

(Sobre algunos planteamientos hegelianos que pretenden abarcar lo nouménico) «Para esto último ha sido preciso la desvergüenza (sic)
de un charlatán como Hegel. Semejantes bufonerías son las que, desde hace cincuenta años, bajo el nombre de conocimiento racional, se han extendido, llenando cien libros sedicentes filosófico, y quizá irónicamente se les ha llamado ciencia y científicos hasta producir hastío.»


(Sobre lo poco que le importó la aprobación de sus contemporáneos) «Una época como ésta, que ha proclamado durante veinte años el más eminente de los filósofos a Hegel, ese Calibán intelectual, no puede inspirar el deseo de sus aplausos al que ha contemplado semejante espectáculo. No tiene ya coronas de gloria que otorgar; su alabanza se ha prostituído y su censura no tiene importancia.»






jueves, 8 de enero de 2009

Del hombre


Gorki escribió que Chéjov dijo alguna vez: "El hombre ha hecho la Tierra habitable y hará que sea cómoda para él: ¡lo hará!"

Más que habitable, el hombre hace del planeta un lugar inhóspito.

Una vez escuché a Denegri decir (tal vez citando a alguien) que el hombre es el único animal que destruye su hábitat; es lamentable que esta sentencia sea una verdad tan cierta.

Lo que el hombre ha creado para su desarrollo como especie se ha convertido en un vicio, en un veneno.

La guerra: -el peor vicio.

Chéjov se equivocó; la esperanza en el hombre parece perdida.






domingo, 4 de enero de 2009

Contra Hegel

Hace unos meses conseguí un volumen titulado "Obras", de Arthur Schopenhauer. Es el tomo I de una compilación de tres obras suyas, acaso las más relevantes: "La cuádruple raíz del principio de Razón suficiente", "El mundo como voluntad y representación" y "Eudemonología". En este primer tomo sólo se encuentran las dos primeras obras. Como todo principiante interesado en el pensamiento de este filósofo, opté por admirarme primero de "El mundo como voluntad y representación"; sin embargo, he tenido que interrumpir su lectura en favor de otras -sólo me he limitado, hasta el momento, a la revisión aleatoria de algunas páginas.

A pesar de esta lectura algo "heterodoxa", me he percatado de las constantes alusiones que Schopenhauer realiza contra un filósofo que, dogmáticamente, se rehusó a seguir plenamente el pensamiento moderno; que "reavivó" el pensamiento aristotélico para explicar las deficiencias de la Filosofía que le precedió; un filósofo que habría de ser la eterna molestia de Schopenhauer y cuyo nombre fue... G. W. F. Hegel.

Como sería muy atrevido (dada mi escasa experiencia en lo que respecta a la Filosofía) incurrir en comentarios pretensiosos acerca de esta disputa (excepto por la mención de un par de "hechos históricos"), lo que haré de aquí en adelante será citar algunos pasajes de la obra de Schopenhauer en las que la alusión a Hegel sea claramente en su contra. Admirable es el estilo tan logrado y refinado con que Schopenhauer ha escrito su pensamiento; de igual calidad son las citas "perjuiciosas" que presentaré. Es prudente señalar que la animadversión que Schopenhauer tuvo siempre para con Hegel no sólo responde a cuestiones, digamos, personales (como el que las clases que el primero dictaba en la universidad de Berlín hayan fracasado por la preferencia que los alumnos de aquel entonces tuvieran por las conferencias de Hegel) sino que responde también al antagonismo en que se encuentran sus respectivos pensamientos; precisamente, Schopenhauer es un admirador de Kant, cuya filosofía se encontraba ya algo desvalorada debido al surgimiento del pensamiento hegeliano. Sin embargo, Schopenhauer no pretende seguir fielmente, sin crítica alguna, al pensamiento de Kant sino que pretende esclarecer algunos errores en los que éste habría caído -aunque reafirmando siempre la gran admiración y estima que sintió por el pensamiento "königsberguense" (calificativo con el que Nietzsche se refiere al pensamiento kantiano).

Las citas serán extraídas, debido al limitado material con el que cuento, de la "Cuádruple raíz del principio de Razón suficiente" y de "El mundo como voluntad y representación" (incluido su apéndice titulado "Crítica de la Filosofía de Kant"). Tales citas las publicaré alternadamente, de acuerdo a cómo avance con mi lectura.




«Sólo quiero que se me permita, a tenor de lo dicho, considerar la obra de Kant como algo muy nuevo todavía, mientras muchos la consideran ya como cosa añeja y envejecida y aun la llegan a dejar a un lado como cosa finiquitada o, como ellos mismos dicen, la tienen ya detrás de sí, y con pedantesca despreocupación afectan ignorarla y continúan filosofando desvergonzadamente sobre Dios y el alma, bajo el supuesto del viejo realismo dogmático y escolástico, que es lo mismo que si en la nueva química se trajesen a colación las doctrinas de los alquimistas.»

«He presenciado el asombro y el respeto con que se tributaba a lo malo y falso y luego a lo absurdo y disparatado, y me preguntaba si los hombres capaces de apreciar lo verdadero y lo bueno son tan escasos que se tenga que esperar durante veinte años inútilmente para dar con ellos.»


«Podemos comprobar cómo veneraba Schelling la prueba ontológica, si nos fijamos en una extensa nota de la p. 152 del primer libro de sus escritos filosóficos de 1809 (...): cuán fácil es deslumbrar a los alemanes con audaces y enfáticas palabrerías. Pero otro vividor más desdichado, Hegel, cuya filosofastrería toda es una monstruosa amplificación de la prueba ontológica, ha querido defenderla contra la crítica de Kant, defensa de que la misma prueba ontológica se avergonzaría, si fuese capaz de avergonzarse.
»No se espere de mí que hable con respeto de gentes que han hecho despreciable la filosofía.»