miércoles, 18 de noviembre de 2009

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No es tan difícil ser amable, sólo que provoca angustia. Mira, con el tiempo se logra, duele un poquito -pero sana. Así dicen. Sana. Sarna. ¿Sana la sarna? Maceta de flores, han dicho cerca al hogar, porque Oquendo de Amat cree que el paisaje es verde como el limón y se parece a una pelota de golf. Hay que tomar un poco de deporte y saborear el smog con una pizca de vieja Lima y dulce lima. El Museo de Arte Italiano allende al Centro cívico cuando Valdelomar se quejaba del gordo que le manchaba el paisaje porque las casas del Paseo colón quieren ser Viena. Flaubert, Flaubert. No... Balzac! Otra vez de regreso del poema cuando París cambia al sonido del timbre. Sugiere, pues, amigo. ¿No ves que el limeño cree su criollada como un vals vienés? Somos corte, pues... corte virreinal. Y qué pasó con Lautreamont! Aquí está Adam, el ish sin ishsha. Algo parece París y ahora parece Viena jugando a las cartas con el campo de Marte, cuando el mostrenco pajarito azur sueña paisajes antiarchiultramegaitalianos. Bicicletas que se acostumbran a leer a Rosseau, que se sube en una para pronunciar discursos a los enanos que tienen máquinas de cocer maíz y algodón como máquinas guillotinescas. Cambios de letra que explica bien el muy buen olor. Juego visual del paisaje? Ya opinaste, hosca y agria Rita? He perdido mi olfato, así lo ha querido un González vigía. Martes, perdidas las 12 y 50 del medio mediodía. Semillas tienen que reproducirse más rápido. Dentro de poco me devuelven mis metros en contacto con la naturaleza artificial. Este perro sarnoso que no es visual. Se acaba, se acaba. "¡Ay mísero de mí, y ay, infelice!" Calderón. Colofón...








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