No tenía intención de escribir sobre el porqué de "tragedia miscelánica" para designar la dirección de este rinconcito web. No, no había motivo para hacerlo. Hasta que un día, frente a un estante lleno de whiskies cuyos precios no puedo costear, una amiga preguntó sobre esta cuestión que trataré de explicar. Hubiera preferido, sin embargo, no tratar de revelar el significado de la susodicha frase. Me gusta la idea de no tener una explicación concreta para estas palabras; dejarlas sin interpretación fija, sin aire ni luz. De todas formas, hago, pues, un freno a mi instinto "inexplicador" (otra vez las invenciones) y atiendo a la duda.
De esta manera, no me queda más que agradecer a esta amiga por su pregunta, porque -viendo el lado bueno de las cosas- ha impulsado un nuevo accionar de mis dedos y la tinta, pues, como dije en Introducción a la tragedia miscelánica (que, por cierto, me parece ya una lectura abominable y barata), no tengo muchas ideas para plasmar en estos escritos. Sí. Dije tinta, porque antes de escribir en una computadora prefiero gastar un poco de papel. En fin, dejo los rodeos y paso a la cuestión.
Empiezo por lo de miscelánea, que es lo más obvio y menos complejo. Le recuerdo que hablaré de miscelánea en general y no de "miscelánica", ya que esta última es otra de mis espontáneas invenciones. Apelo a la miscelánea porque la idea de este espacio es tratar temas diversos y no encasillarse en algo particular, como podría ser la música, la literatura, etcétera. Miscelánea era una pequeña sección de mi libro de educación primaria que se incluía dentro de la tantas veces aburrida tarea asignada para estropear el infantil fin de semana; dicha miscelánea se constituía, principalmente, de adivinanzas, trabalenguas, chistes, curiosidades y cosas que nos distraen de la clase de la maestra. En ese libro vi por vez primera esta palabra que engloba todo lo que uno pueda imaginar. Es un término muy interesante y ventajoso ya que uno, cobijado en él, puede explayarse en tantas cosas que, a simple vista, no tienen un punto en común o un nexo que los afilie.
Un personaje a quien admiro mucho desde cierta distancia, Marco Aurelio Denegri, trata continuamente en sus programas (injustamente cortos de tiempo) estos espacios de miscelánea y los aborda de una manera excepcional. El señor es, como muchos saben (los que no lo saben, sépanlo), una persona muy culta, seria, de vasto conocimiento en una gran diversidad de temas. Siempre comentando, criticando, analizando, sustentando sobre los temas que toca, Denegri sería así uno de los maestros de la magia de la miscelánea. Por favor, que al lector no se le ocurra pensar que, de alguna forma, me quiero comparar con la talla del intelectual mencionado; pensar en ello es una falta contra las buenas maneras y, más aún, contra la cultura... o contra la contracultura. Una total canallada.
Entonces, para finalizar esta parte, miscelánea atiende a una suerte de tributo tanto a la ventaja que me da el término, al personaje y a mi fugaz infancia escolar. Pero, ¿por qué tragedia?
La significación de tragedia es la de un suceso capaz de suscitar emociones trágicas (RAE). Excluyo su significado como género literario, aunque, de manera lejana, se relacione con lo que acabo de mencionar. Haciendo caso de la tragedia como promovedora de hechos trágicos, hagamos una metáfora o, mejor dicho, la interpretación de esta metáfora. El leer los artículos que iré publicando (aunque publicar se me hace una palabra de más peso significativo) podrían ocasionar una acción en el lector no tanto trágica, sino una acción de repulsa, repugnancia, rechazo. Así veo las cosas, aunque parezca una visión existencialista de segunda. La tragedia, entonces, o la significación que le doy a tragedia, se manifestaría tanto en el lector como en quien escribe. En el lector, al notar que lo que lee es un poco más de basura quedando defraudado; en quien escribe, al notar que lo que escribe es más basura de lo que esperaba. Pero trato de ser positivo e inocentemente pienso que lo que voy escribiendo podría gustarle siquiera a una persona, a un solo habitante de este hipnotizante mundo virtual.
Juntando ambas palabras, traducimos "tragedia miscelánica" como una serie de escritos (artículos o como los quiera llamar) sobre diferentes temas que podrían ocasionar, en quien los lee, repulsa, decepción, incluso asco.
Esa es mi explicación. Como dije al principio, que no sea esta una interpretación fija ni única para la frase que he tratado de explicar. Quizá la explicación de "tragedia miscelánica" no sea más que una simple excusa para escribir algo; quizá haya sido una manera de escapar de los cuestionamientos de Patricia al no tener a mi alcance una respuesta inmediata. Quizá "tragedia miscelánica" haya sido una simple ocurrencia dada en un momento específico, ocurrencias que tenemos todos, ocurrencias que engloban nuestra visión respecto a la vida o a lo que acontece en la rutina diaria.
De esta manera, no me queda más que agradecer a esta amiga por su pregunta, porque -viendo el lado bueno de las cosas- ha impulsado un nuevo accionar de mis dedos y la tinta, pues, como dije en Introducción a la tragedia miscelánica (que, por cierto, me parece ya una lectura abominable y barata), no tengo muchas ideas para plasmar en estos escritos. Sí. Dije tinta, porque antes de escribir en una computadora prefiero gastar un poco de papel. En fin, dejo los rodeos y paso a la cuestión.
Empiezo por lo de miscelánea, que es lo más obvio y menos complejo. Le recuerdo que hablaré de miscelánea en general y no de "miscelánica", ya que esta última es otra de mis espontáneas invenciones. Apelo a la miscelánea porque la idea de este espacio es tratar temas diversos y no encasillarse en algo particular, como podría ser la música, la literatura, etcétera. Miscelánea era una pequeña sección de mi libro de educación primaria que se incluía dentro de la tantas veces aburrida tarea asignada para estropear el infantil fin de semana; dicha miscelánea se constituía, principalmente, de adivinanzas, trabalenguas, chistes, curiosidades y cosas que nos distraen de la clase de la maestra. En ese libro vi por vez primera esta palabra que engloba todo lo que uno pueda imaginar. Es un término muy interesante y ventajoso ya que uno, cobijado en él, puede explayarse en tantas cosas que, a simple vista, no tienen un punto en común o un nexo que los afilie.
Un personaje a quien admiro mucho desde cierta distancia, Marco Aurelio Denegri, trata continuamente en sus programas (injustamente cortos de tiempo) estos espacios de miscelánea y los aborda de una manera excepcional. El señor es, como muchos saben (los que no lo saben, sépanlo), una persona muy culta, seria, de vasto conocimiento en una gran diversidad de temas. Siempre comentando, criticando, analizando, sustentando sobre los temas que toca, Denegri sería así uno de los maestros de la magia de la miscelánea. Por favor, que al lector no se le ocurra pensar que, de alguna forma, me quiero comparar con la talla del intelectual mencionado; pensar en ello es una falta contra las buenas maneras y, más aún, contra la cultura... o contra la contracultura. Una total canallada.
Entonces, para finalizar esta parte, miscelánea atiende a una suerte de tributo tanto a la ventaja que me da el término, al personaje y a mi fugaz infancia escolar. Pero, ¿por qué tragedia?
La significación de tragedia es la de un suceso capaz de suscitar emociones trágicas (RAE). Excluyo su significado como género literario, aunque, de manera lejana, se relacione con lo que acabo de mencionar. Haciendo caso de la tragedia como promovedora de hechos trágicos, hagamos una metáfora o, mejor dicho, la interpretación de esta metáfora. El leer los artículos que iré publicando (aunque publicar se me hace una palabra de más peso significativo) podrían ocasionar una acción en el lector no tanto trágica, sino una acción de repulsa, repugnancia, rechazo. Así veo las cosas, aunque parezca una visión existencialista de segunda. La tragedia, entonces, o la significación que le doy a tragedia, se manifestaría tanto en el lector como en quien escribe. En el lector, al notar que lo que lee es un poco más de basura quedando defraudado; en quien escribe, al notar que lo que escribe es más basura de lo que esperaba. Pero trato de ser positivo e inocentemente pienso que lo que voy escribiendo podría gustarle siquiera a una persona, a un solo habitante de este hipnotizante mundo virtual.
Juntando ambas palabras, traducimos "tragedia miscelánica" como una serie de escritos (artículos o como los quiera llamar) sobre diferentes temas que podrían ocasionar, en quien los lee, repulsa, decepción, incluso asco.
Esa es mi explicación. Como dije al principio, que no sea esta una interpretación fija ni única para la frase que he tratado de explicar. Quizá la explicación de "tragedia miscelánica" no sea más que una simple excusa para escribir algo; quizá haya sido una manera de escapar de los cuestionamientos de Patricia al no tener a mi alcance una respuesta inmediata. Quizá "tragedia miscelánica" haya sido una simple ocurrencia dada en un momento específico, ocurrencias que tenemos todos, ocurrencias que engloban nuestra visión respecto a la vida o a lo que acontece en la rutina diaria.